Síntomas de las cardiopatías congénitas

La cardiopatía congénita sigue siendo una gran desconocida para la población en general, a pesar de que las cifras sobre incidencia revelan que es una afección más habitual de lo que pensamos. Sin ir más lejos, se trata del defecto congénito más frecuente en nuestro país.

Según los datos de la Fundación Española del Corazón, unas 120 mil personas viven con esta anomalía cardíaca, es decir, tres de cada 1.000. No obstante, si tenemos en cuenta que, muchas veces, la enfermedad no se manifiesta hasta la edad adulta, el número de estas afecciones congénitas podría ser aún más mayor.

Las cardiopatías congénitas responden a una malformación en la estructura del corazón. Este ‘defecto’ surge durante el desarrollo embrionario y altera el funcionamiento normal del corazón, afectando también al resto del organismo. En la mayoría de los casos, se trata de una patología crónica que dura toda la vida.

El espectro de las cardiopatías congénitas es muy amplio. Hay de diferentes tipos y ‘niveles’ de complicación. Encontramos desde patologías más severas -algo que sucede en el 17,5% de los casos, según el Registro Español de Cardiopatías Congénitas (RECC)-, a patologías de complejidad moderada – el 53,5%,- hasta defectos más leves, asintomáticos y compatibles con una vida normal.

Las anomalías más frecuentes afectan las paredes internas del corazón, las válvulas cardíacas o los grandes vasos que transportan sangre hacia y desde el corazón. Algunas son simples y no necesitan tratamiento, mientras que otras son críticas y requieren ser abordadas en cuanto la persona viene al mundo.

Los avances tecnológicos y médicos hacen que cada vez sean más habituales los diagnósticos tempranos, que permiten detectar estas malformaciones cardiacas durante el embarazo. Esto supone una gran ventaja porque, aunque la cardiopatía no sea muy grave, es posible programar con anticipación el abordaje de la cardiopatía antes de que nazca el bebé.

En otras ocasiones, el diagnóstico llega tras el nacimiento, una vez que los síntomas se manifiestan. No obstante, también puede ocurrir que la cardiopatía congénita pase desapercibida durante años y de pronto de la cara.

De manera general, las cardiopatías congénitas presentan tres problemas básicos:

• Baja oxigenación de la sangre (cianosis).
• Cortocircuitos o fallos entre la parte izquierda y la derecha del corazón, es decir, en el paso de la sangre de circulación sistémica a la pulmonar. Es el caso de las comunicaciones interventriculares y las comunicaciones interauriculares.
• Obstrucción en el flujo sanguíneo.

Síntomas comunes en las cardiopatías congénitas

Aunque los síntomas de unas y otras cardiopatías congénitas varían, hay algunas señales que suelen evidenciar que ‘algo pasa en el corazón’. Algunos de estos ‘signos de alarma’ son los siguientes:

Cianosis: se trata de una de las señales más características y reconocibles, asociadas a los problemas de corazón. Hace referencia al tono azulado en la piel o los labios del bebé. Si un recién nacido presenta esta sintomatología, especialmente en los primeros días de vida, no debe descartarse una cardiopatía.

Dificultades para respirar: una respiración demasiado acelerada y superficial es otro signo que puede evidenciar una anomalía cardiaca.

Rechazo a la comida: algunas cardiopatías que puede provocar problemas en el esófago y, por tanto, dificultar la alimentación.

Taquicardia y sudoración: cuando el corazón late demasiado deprisa con el mínimo esfuerzo y, además, se acompaña de sudoración, es otra sintomatología que puede estar asociada a esta patología.

Soplos: son ruidos inusuales que se escuchan entre los latidos cardíacos. En ocasiones, tienen un sonido similar a un zumbido o silbido.

Las cardiopatías congénitas son fácilmente detectables a través de ecocardiogramas, radiografías, electrocardiogramas o Doppler, pero si no se presentan síntomas o estos son muy leves o poco específicos, pueden pasar desapercibidas. Por este motivo, hay defectos cardíacos congénitos menos graves que no se diagnostican hasta después de la infancia o, incluso, en la edad adulta.

Síntomas comunes en personas adultas

Algunos síntomas comunes de una cardiopatía congénita que se manifiesta en personas adultas son:

• Arritmias: ritmos anormales en el corazón.
• Cianosis: coloración azulada de la piel, labios y uñas.
• Falta de aire: dificultad para respirar.
• Fatiga: cansarse rápidamente.
• Edema: inflamación del tejido corporal u órganos.

Las anomalías simples pueden mejorar de manera natural sin cirugía. Se dan casos de bebés que nacen con una anomalía leve y no presentan síntomas. En este tipo de cardiopatías se encuentran las comunicaciones interauriculares e interventriculares, la estenosis pulmonar o el conducto arterioso persistente, por ejemplo.

Sin embargo, las anomalías más severas sí suelen presentar síntomas y su gravedad exige un tratamiento inmediato porque pueden ser incompatibles con la vida. Un ejemplo de este tipo de cardiopatías es la tetralogía de Fallot. Las personas que nacen con esta u otra cardiopatía congénita crítica habitualmente presentan concentraciones bajas de oxígeno poco después de nacer y necesitan cirugía en el primer año de vida.

Recordemos que en España, 8 de cada 1.000 bebés nacen con una cardiopatía congénita. Los avances en el diagnóstico y el tratamiento de estas enfermedades permiten que, en la actualidad, más del 90% de los bebés que llegan al mundo con esta afección sobrevivan con una esperanza de vida similar al del resto de la población.

En la Asociación Corazón y Vida, llevamos desde 1983 trabajando en la atención de personas con cardiopatías congénitas en Andalucía. Contamos con servicios de apoyo psicológico y asesoramiento, entre otros, para prestar ayuda a quienes lo necesitan. Si es tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nuestra entidad.

Fuentes de información para elaborar el artículo: 

• Sociedad Española de Cardiología.
• Mayo Clinic
• Cardiopatías congénitas Hospital Universitario la Paz

Imagen de portada: Freepik.