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¿Qué es la comunicación interventricular (CIV)?

que es la comunincacion intraventricular

A la comunicación interventricular (CIV) se le conoce también como la cardiopatía de “un agujero en el corazón”.  Esta denominación hace referencia a la anomalía que presenta el músculo cardiaco de las personas que nacen con esta cardiopatía congénita, una de las más frecuentes.

Se origina durante el desarrollo del bebé en el vientre de la madre. El ventrículo izquierdo y el ventrículo derecho del corazón están separados por una pared compartida: el tabique o septo ventricular. Cuando esta pared muscular no llega a formarse por completo entre las cavidades inferiores del corazón, ocasiona esta anomalía. Las personas con una comunicación interventricular tienen un orificio en este tabique.

¿Qué ocurre entonces? Al latir el corazón, parte de la sangre del ventrículo izquierdo, que procede de los pulmones y está oxigenada, fluye hacia el ventrículo derecho a través del ‘agujero’ del tabique. En el ventrículo derecho, esta sangre rica en oxígeno se mezcla con la que está sin oxigenar y vuelve a los pulmones.

La animación de cardiopatiascongenitas.net nos ayudará a entender mejor cómo actúa el organismo cuando se presenta esta anomalía.

¿Cómo afecta la comunicación intraventricular al organismo?

Por el orificio pasa la sangre oxigenada (en rojo en el dibujo) del ventrículo izquierdo (VI) al ventrículo derecho (VD), donde se mezcla (en violeta) con la sangre no oxigenada (azul), que procede de la aurícula derecha (AD), regresando de nuevo al pulmón (P) a oxigenarse de forma innecesaria, porque ya es una sangre rica en oxígeno.

La recirculación de esta sangre produce una sobrecarga de trabajo en los pulmones y las cavidades izquierdas del corazón (porque esa sangre que recircula regresa al ventrículo izquierdo y también lo sufre) y estas cavidades acaban haciéndose más grandes (se dilatan).

Esta sobrecarga circulatoria puede causar insuficiencia cardíaca y con el tiempo acabar dañando a los pulmones ocasionando hipertensión pulmonar, problema que podría complicarse y llegar a ser irreversible si no se corrige.

La evolución de la cardiopatía congénita depende del tamaño de la CIV: cuanto mayor sea el agujero, más cantidad de sangre recirculará. Por tanto, habrá más sobrecarga y esto reducirá la posibilidad de que el orificio se cierre de manera ‘natural’ o espontáneo.

Existen varios tipos de CIV, que se ‘clasifican’ en función de su localización dentro del tabique interventricular:

  • CIV membranosas: son las más frecuentes y la apertura se sitúa cerca de la válvula tricúspide.
  • CIV musculares: la apertura está localizada en la parte muscular de la parte inferior del tabique.
  • CIV subpulmonares: el orificio se ubica en el tabique justo debajo de la válvula pulmonar.
  • CIV posteriores: se encuentran en la zona inferior y detrás de la cúspide septal de la válvula tricúspide.

diagnóstico de una cardiopatía congénita durante el embarazo

Tratamiento de la comunicación interventricular

La mayoría de los casos de comunicación interventricular se detectan, se tratan con éxito y apenas presentan complicaciones. El ecocardiograma sirve para confirmar el diagnóstico y determinar la localización, el número (en ocasiones hay más de un orificio) y el tamaño de la CIV.

En cuanto a la sintomatología, la mayoría de las CIV son pequeñas, no provocan síntomas y no precisan tratamiento. Muchas tienden a cerrarse por sí solas en los primeros meses de vida o también se hacen más pequeñas conforme aumenta el tamaño del corazón.

Sin embargo, en las CIV medianas o grandes, los síntomas sí son más notorios causando dificultad para respirar, algo que a los bebés le provoca cansancio a la hora de comer o un crecimiento inadecuado. En estos casos, es necesario sellar el orificio mediante una cirugía, que suele realizarse durante el primer año de vida para evitar que se generen otras complicaciones.

La operación consiste en cerrar el agujero con un parche a través de la aurícula derecha (auriculotomía), tal como muestra en el siguiente ejemplo:

La imagen de la izquierda muestra una CIV perimembranosa grande. Para corregir esta anomalía se cierra el agujero con un parche que se coloca a través de la aurícula derecha, tal y como muestra el dibujo de la derecha.

Se trata de una intervención que no acarrea riesgos, ni complicaciones para la vida del bebé. En la mayoría de los casos, los niños o niñas que se someten a una operación de este tipo suelen recuperarse rápidamente y llevan una vida sana y activa. 

Aunque es poco frecuente, en ocasiones se diagnostica comunicación interventricular en personas adultas. Esto significa que el fallo en el corazón es congénito, pero que no ha dado la cara hasta el momento. En estos casos, es importante corregir la anomalía porque de lo contrario puede originar problemas más serios como hipertensión pulmonar, insuficiencia cardiaca o endocarditis.

En la Asociación Corazón y Vida, llevamos desde 1983 trabajando en la atención de personas con cardiopatías congénitas en Andalucía. Contamos con servicios de apoyo psicológico y asesoramiento, entre otros, para prestar ayuda a quienes lo necesitan. Si es tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Fuentes de información para la elaboración del artículo:

  • cardiopatiascongenitas.net
  • Kidshealth
  • Mayo Clinic
  • Cardiopatías congénitas Hospital Universitario la Paz
asociación corazón y vida andalucía

Sobre el Autor: Asociación Corazón y Vida

Corazón y Vida es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja por mejorar las situación de las personas con cardiopatías congénitas.

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