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¿Qué es una cardiopatía congénita?
La función del corazón es la de bombear sangre hacia el resto del cuerpo y los pulmones. Este órgano, del tamaño de un puño, es el motor de nuestro cuerpo. Las enfermedades cardíacas no solo afectan a las personas adultas, sino que existen afecciones que pueden aparecer en el nacimiento, como es el caso de las cardiopatías congénitas.
De forma genérica, una cardiopatía es una patología que afecta al corazón. Estas pueden ser adquiridas o congénitas. En el primer caso, la patología aparece en un corazón sano en algún momento de la vida, después del nacimiento. Infecciones como la fiebre reumática o problemas cardiovasculares ligados a diabetes, hipertensión u obesidad, son las principales causas de estas dolencias, mucho más frecuentes en personas adultas que en menores.
Sin embargo, las cardiopatías congénitas surgen durante el desarrollo embriológico, por lo que las personas nacen con ellas. Se deben a un error en la formación del corazón o de los vasos sanguíneos circundantes, que dificultan el funcionamiento adecuado de este órgano.
En el mundo, 1 de cada 100 personas nace con una cardiopatía. En España, afectan a 8 de cada 1.000 bebés que llegan al mundo.
Si miramos las cifras, comprobamos que las cardiopatías congénitas son una patología frecuente. Afortunadamente, el diagnóstico y tratamiento de las cardiopatías congénitas han evolucionado mucho en las últimas décadas, permitiendo a los expertos estudiar con mayor precisión el corazón, pudiendo diagnosticar las cardiopatías durante el embarazo o en los primeros días, semanas o meses del nacimiento. Esto facilita la elaboración de una planificación anticipada para el correspondiente tratamiento médicos o quirúrgico.
La gran mayoría de las cardiopatías congénitas se pueden corregir de manera total o definitiva o casi definitiva, de forma que más del 90% de los bebés sobreviven a edad adulta. La esperanza media de vida es prácticamente comparable a la de la población general.
¿Cómo funciona un corazón sano?
Para entender cómo afecta esta patología recordemos cómo trabaja este órgano cuando está completamente sano.
El corazón es una bomba, con cuatro cámaras, que recibe sangre no oxigenada. A través de la arteria pulmonar se envía esa sangre al pulmón, que se oxigena y regresa al corazón.
Desde aquí se bombea al ventrículo izquierdo y la aorta para que viaje a todos los tejidos del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
En una cardiopatía este proceso no se realiza de esta manera porque existen anomalías, que deben corregirse para que pueda realizar esta función.
Hay más de 300 tipos de cardiopatías congénitas diagnosticadas y cada una de ellas tiene unas características diferentes.
¿Qué ocurre cuando hay una cardiopatía congénita?
Las anomalías en el corazón son múltiples, pero básicamente están vinculadas a:
- las conexiones entre vasos y cavidades del corazón.
- el desarrollo completo de todos los vasos y cavidades del corazón.
- la formación de las válvulas que impiden el retorno del flujo sanguíneo.
- la formación del miocardio ventricular, el músculo que bombea la sangre.
- el funcionamiento del sistema eléctrico del corazón, responsable de activar el miocardio.
Se trata de ‘defectos’ que perjudican a elementos de la estructura de este órgano (tabiques, obstrucciones en las válvulas, malformaciones en las venas pulmonares…), que llevan la sangre al corazón, por lo que hay que corregirlo para que el funcionamiento sea el adecuado.
La evolución en el diagnóstico de las cardiopatías congénitas
Algunas cardiopatías congénitas tienen fácil solución, pero otras son mucho más complejas porque no son compatibles con la vida. En la actualidad, gracias a los avances científicos y tecnológicos, muchas de estas cardiopatías, que contaban con altos índices de mortalidad, se pueden corregir si son diagnosticadas precozmente.
Es el caso, por ejemplo, de la trasposición de las grandes arterias, una afección en la cual los vasos salen invertidos y, por lo tanto, la oxigenación no se puede realizar. Esta cardiopatía tenía el 98% de mortalidad en los 60 días de vida y ahora tiene un 99% de supervivencia, cuando es diagnosticada y tratada de manera adecuada.
En décadas anteriores, no era posible detectar las cardiopatías congénitas durante el embarazo, algo que ahora sí se puede hacer entre la semana 14-16, aunque la anotomía cardiaca se visualiza mejor en la semana 20. Tras el nacimiento, estas afecciones se tratan quirúrgicamente, aunque en algunos casos puede que no sea necesario.
Aunque la mayoría de las cardiopatías congénitas se diagnostican antes del parto, sin embargo, hay algunas que únicamente se detectan en el momento del nacimiento o poco después. Cuando nacemos se producen unos cambios circulatorios. El pulmón empieza a funcionar, se llena de aire y comienzan a cambiar las presiones, el pulmón se va abriendo.
Si la anomalía del corazón no se ha descubierto en el embarazo, el bebé puede nacer bien, pero al cerrarse las estructuras fetales e ir produciéndose estos cambios de presiones, al poco tiempo se pone de manifiesto la cardiopatía. Ocurre también que en ciertas ocasiones, los signos y síntomas de una enfermedad cardíaca congénita no son visibles hasta que las personas se hacen adultas.
La aparición en los años 80 de la Ecocardiografía 2D con técnica Doppler desplazó el uso del cateterismo como método más utilizado para el diagnóstico de las enfermedades del corazón. El cambio de una técnica de alto riesgo, por otra totalmente inocua, supuso una gran revolución para las personas que nacían con cardiopatías congénitas.
Desde entonces, las técnicas de diagnóstico por imagen han evolucionado enormemente y hoy permiten a los expertos estudiar con gran precisión el corazón y sus vasos circundantes. Un ejemplo de innovación en este campo es la Ecocardiografía 3D en tiempo real, que permite obtener imágenes tridimensionales en movimiento.
A la vista de la frecuencia con que se suceden las últimas innovaciones tecnológicas en este ámbito, podemos asegurar que el futuro de estas técnicas de diagnóstico por imágenes, así como otras de diagnóstico genético, es muy esperanzador.
En cualquier caso, todas las personas con cardiopatía congénita deben hacer un seguimiento médico a lo largo de toda su vida. Esta atención y tratamiento se lleva a cabo a través de las unidades especializadas en cardiopatía congénita, ya sea en edad infantil como en la edad adulta.
En la Asociación Corazón y Vida, llevamos desde 1983 trabajando en la atención de personas con cardiopatías congénitas en Andalucía. Contamos con servicios de apoyo psicológico y asesoramiento, entre otros, para prestar ayuda a quienes lo necesitan. Si es tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Sobre el Autor: Asociación Corazón y Vida
Corazón y Vida es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja por mejorar las situación de las personas con cardiopatías congénitas.
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